Al dia siguiente cojo el tren panoramico que une Ooty con Mettupalayam, un pequeño ferrocarril tirado por una antigua maquina de vapor y catalogado como patrimonio de la humanidad. El vagon se encuentra abarrotado de familias indias y aparte de ser el unico blancucho soy el unico adulto que no luce un viril bigote. Avanzamos despacio entre bosques de eucaliptos (si, eucaliptos), plantaciones de te y verdes praderas, parajes preciosos, pasando por puentes de madera y pequeños tuneles al tiempo que la maquina despide enormes bocanadas de vapor y grupos de monos nos contemplan con curiosidad.
domingo, 23 de mayo de 2010
Coño, todo esto es tan hermoso. Mira, que planeta tan bonito
Al dia siguiente cojo el tren panoramico que une Ooty con Mettupalayam, un pequeño ferrocarril tirado por una antigua maquina de vapor y catalogado como patrimonio de la humanidad. El vagon se encuentra abarrotado de familias indias y aparte de ser el unico blancucho soy el unico adulto que no luce un viril bigote. Avanzamos despacio entre bosques de eucaliptos (si, eucaliptos), plantaciones de te y verdes praderas, parajes preciosos, pasando por puentes de madera y pequeños tuneles al tiempo que la maquina despide enormes bocanadas de vapor y grupos de monos nos contemplan con curiosidad.
viernes, 21 de mayo de 2010
Ooty

Plantaciones de te
Kumar, mi guia, me relata curiosas costumbres de algunas de las tribus que habitan estas tierras. Despues de pactar un matrimonio entre las familias dejan a los novios una noche a solas para que se "conozcan mejor", si la mujer se queda embarazada hay boda, si no se cancela el matrimonio. Esta costumbre es tanto mas chocante en un pais tan conservador como la India, donde el celibato femenino antes del matrimonio es primordial.
Tradicionalmente, no muchos años atras, se suponia que el novio no debia ver a la novia hasta el dia de la ceremonia. El ritual musulman en toda la zona de la India, Bangla Desh y Pakistan requiere el uso de un espejo por el cual, durante la ceremonia, el novio ve la cara de la novia (antiguamente esta era la primera vez que veia la cara de ella), tras despojarse esta del velo, y a la pregunta ritual "¿Que es lo que ves?" el novio tenia que contestar "Veo el resto de mi vida" (aunque supongo que en algunos casos seria mas bien un "¡Aaaaarrrrrgggggghhhhh!").
Kumar me asegura que las bodas se siguen pactando entre las familias, aunque ahora piden la aprobacion de los novios. Todo un detalle que les era negado hasta hace no mucho tiempo, segun Kumar esta "novedad" se ha impuesto en los ultimos diez años. Las dotes, por supuesto, siguen estando a la orden del dia y se pacta escrupulosamente los bienes que la familia de la novia tiene que ofrecer por la "molestia" de llevarse a su hija. Lo cual hace que el tener una hija sea una carga muy pesada y es una de las razones por las que los niños son preferidos sobre las niñas, hasta el extremo de que en la India, asi como en muchos otros paises, el infanticidio femenino sea muy comun.
Aunque mucha mas incidencia tiene el aborto selectivo hoy en dia, por el cual muchas familias se deciden a abortar cuando la ecografia les muestra que el futuro retoño va a ser niña. La enorme popularidad del aborto selectivo se puede apreciar atendiendo al sex ratio (porcentaje de niños nacidos por cada 100 niñas) . El sex ratio en el mundo viene a ser 105 (naturalmente nacen mas hombres que mujeres, aunque el dato esta adulterado ya que en muchas sociedades, la India y China entre ellas, donde se concentra un 40% de la poblacion mundial, el infanticidio femenino -donde muchas veces el nacimiento no llega a computar a efectos estadisticos- y el aborto selectivo estan muy extendidos), en la India es 107, pero si nos vamos a zonas urbanas, con un mayor porcentaje de poblacion acomodada que se puede permitir el aborto selectivo, asciende a 111 y en algunos distritos de Gujarat, uno de los estados mas conservadores de la India, llega a un escalofriante 169 (169 niños nacidos por cada 100 niñas). Si tenemos en cuenta que la inmensa mayoria de la poblacion india no se puede permitir un aborto podemos darnos cuentas de la magnitud del problema.
Comemos en la tasca del pueblo, repleta de lugareños con frondosos bigotes vistiendo la indumentaria tradicional, el lungi, que viene a ser una sabana anudada a la cintura que, ahora, que es verano, la llevan doblada creando un look a lo Zapp Brannigan (Futurama) que podiamos denominar Eynenaacabodesalirdeladuchaquepasa?. La comida, como no podia ser de otra manera, es vegetariana. La religion hindu prohibe comer carne, asi como cebolla, ajo y setas en algunas zonas (!?), y del alcohol ya ni hablamos. Todo ello crea una extraña combinacion. Tenemos a una pandilla de tios de rostros rudos precedidos por viriles bigotes. Piensas "unos machos". Despues vemos que tienen una especie de faldilla corta que se estan continuamente retocando. Piensas "aunque quizas sean algo... truchillas". Y les ves comer con las manos. Te dices a ti mismo "joder, son unos machos, casi parecen españoles" (como todo el mundo sabe usar cubiertos es ligeramente gay). Cuando te das cuentas de que son vegetarianos ya sales de dudas "definitivamente gayers".

Tras la comida en La ostra azul (es lo que viene a decir el nombre de la tasca en tamil) continuamos la caminata. Al vernos los niños de los pueblos se acercan corriendo, conocen a Kumar y saben que siempre lleva caramelos consigo que reparte prodigamente.

Acabamos el dia disfrutando de unas esplendidas vistas de los valles vecinos desde lo alto de una montaña. Ah, una fantastica jornada, bucolica y pastoril, lejos del mundanal ruido. Justo lo que necesitaba. De vuelta a la ciudad, ruido, caos y suciedad. Me viene a la cabeza lo que decian nuestros amigos musulmanes en el dia de su boda: "Aaaaaaarrrrrrggggggghhhhhhh!"
miércoles, 19 de mayo de 2010
La profecia
O quizas estaba teniendo un mal dia. Habia pasado la noche en un autocar viajando de Pondicherry a Coimbatore en el estado de Tamil Nadu al sur del pais y no habia podido dormir muy bien, despues de una jornada especialmente calurosa. El unico de mis sentidos encantado de la vida con la visita a la India era el gusto (el olfato, la vista y el oido, estaban ya fritos a esas alturas) y esa mañana estaba sintiendo nauseas debido a la pesada cena a base de dosa del dia anterior. Y desde luego no estaba siendo el viaje en carretera mas plancentero de mi vida. El taxista se habia pasado la media hora larga que llevabamos de viaje tocando el claxon de manera compulsiva entre salivazo y salivazo por la ventanilla del coche, siguiendo el frenetico ritmo de la musica que, por supuesto a todo volumen, sonaba por la radio del coche. Mientras la joven pareja de indios con la que comparto taxi permanecen imperterritos y sonrientes en la parte trasera del viejo Ambassador. Le pido amablemente al conductor que baje "la maldita musica", no parece que haya nada que pueda hacer con respecto al resto, pedirle que deje de dar bocinazos seria como decirle que deje de respirar. Tres cuartos de lo mismo en cuanto a los salivazos, aunque creo que los transeuntes agradecerian algun pequeño esfuerzo por mi parte para poner fin al... tema.
Nos dirigimos a Ooty, una estacion de montaña casi en la frontera con Kerala, a donde acudo tratando de escaparme del calor sofocante y atraido por las promesas de bellos paisajes entre bosques y plantaciones de te. Al poco el coche empieza a zigzagear ascendiendo por una tipica carretera de montaña, muy a mi pesar llena de autocares abarrotados de turistas. Instintivamente me llevo la mano al inexistente cinturon de seguridad cuando empezamos a adelantar en curvas cerradas, sin visibilidad ninguna.
- ¡No hagas eso joder! ¡No puedes adelantar si no ves!
- ¡Mira monos! (de hecho un monton de monos aparecen de repente en el borde de la carretera)
- ¡Me importan una mierda los monos!
- Vale, vale, voy despacio
Dicho y hecho, pasamos de adelantar a toda velocidad en curvas cerradas sin visibilidad a adelantar ridiculamente despacio en curvas cerradas sin visibilidad. Buscando apoyo miro a la pareja por el retrovisor quienes, aun mas sonrientes, se encontran absortos contemplando a los monos. Ok, parece que no va a haber refuerzos. A lo que sigue una ridicula y frustrante conversacion con el conductor, en la que ni el me entiendea mi ni yo le entiendo a el, con la dichosa musica de fondo y la sonriente pareja viendo monos en la parte de atras. Al final consigo que no adelante en absoluto, cuando el autocar que esta delante nuestro se para y nosotros nos paramos detras en un tramo recto absulatemente vacio me llevo las manos a la cabeza. En fin, ya me da igual, entro en un estado zen, me pongo los cascos y escucho a los Arctic Monkeys mientras veo a los monos comiendo porqueria a los lados de la carretera. Son simpaticos los monos.
Milagrosamente (Dios me ama) llegamos sanos y salvos a Ooty, donde nos espera, como no, el mismo trafico caotico, el ruido infernal y la polucion que creia haber dejado atras. Joder, joder, joder. Por lo menos la temperatura es agradable. Nada mas parar nos rodea la tipica marabunta de vendedores ambulantes. No me lo creo, es la primera vez que veo a un tipo vendiendo abanicos en la India, en el que debe ser el unico sitio de todo el pais donde no hacen falta abanicos. Cuando el conductor trata de cobrarme 100 rupias mas de lo que habiamos pactado me sorprendo a mi mismo sacando el dedo indice a pasear (el indice no el corazon). Despues de que el taxista haya desaparecido sin rechistar, me doy cuenta de que mi dedo indice sigue apuntando al cielo, mientras los vendedores han huido despavoridos y la pareja de indios se han marchado sonriendo. A mi alrededor el caos de siempre y a mis pies la mochila, ya un poco desgastada.
Joder, espero que la segunda parte de la profecia se cumpla.
lunes, 17 de mayo de 2010
Dharavi
Aproximadamente un millon de almas reside en la barriada, apiñadas en apenas 2 km2 (los 135,000 habitantes de Leon ocupan unos 39 km2). Espacio que, ademas, acoge una efervesciente actividad productiva, asi podemos ver empresas de reciclaje, de confeccion, de pintura, carpinterias, cocinas, lavanderias, hornos, tintorerias, fabricantes de suelas, alfareros y un sinfin de otros negocios. Rashid, nuestro guia, nos explica que los trabajadores tienen jornadas de 10 horas al dia ganando "hasta" 200 rupias diarias (unas 3 libras esterlinas), siete dias a la semana y, normalmente, pueden descansar el octavo. Duermen, viven y trabajan en el taller, en unas condiciones que no deben ser muy distintas de las que sufrian los asalariados de los talleres artesanales en la Edad Media en Europa. La masa laboral esta formada mayoritariamente por dalits provenientes de zonas rurales a lo largo y ancho de India. No importa lo penosas que nos parecen las condiciones de vida y lo pauperrimo del salario Rashid nos indica que aqui pueden ganar dos o tres veces mas que en sus lugares de origen.
La mayoria de las construcciones de Dharavi son de hormigon, tienen electricidad, agua durante 3 horas al dia y codigo postal, aunque la mayoria de los residentes tiene que utilizar inodoros comunitarios que se quedan muy cortos para cubrir las necesidades de la poblacion. La situacion empeora durante el monzon donde practicamente todas las plantas bajas se inundan. Aun asi Dharavi constituye un slum con una infraestructura bastante aceptable en comparacion con la media de los slums de Bombay. Todos los niños tienen plazas en escuelas locales, aunque estas no esten precisamente bien dotadas.
Pasamos por callejones tan estrechos que tengo que andar de lado, de donde salen escalerillas verticales a modo submarino para alcanzar a los niveles superiores de las casas. En uno de estos callejones, al pasar por un minusculo ventanuco Rashid nos señala al interior donde podemos ver a un hombre jugando al ordenador con su hija pequeña. Tras llamar a la puerta nos presenta a Mohammed, un joven de sonrisa afable y barba espesa quien nos invita a pasar y, a su vez, nos presenta a su mujer y a sus dos hijos. Mohammed es diseñador grafico, su casa se limita al cuarto en el que nos encontramos, que tendra unos 15 m2, donde trabajan, duermen, cocinan, comen y, en fin, viven, los cuatro. Un alto porcentaje de familias indias viven en hogares de una sola habitacion.
El barrio apenas tiene criminalidad y es perfectamente seguro caminar por las calles incluso de noche. La mayoria de la gente nos saluda alegremente y los niños nos dan la mano burlones, muchos improvisan unas palabras en ingles. Los residentes estan acostumbrados a ver extranjeros en el barrio ya que Reality Tours, la empresa que organiza el tour lleva 4 años trabajando en la zona y realizando obras sociales con los beneficios obtenidos (http://www.realitytoursandtravel.com). Sentia una cierta reticencia a hacer un tour de este tipo, no parece adecuado tener a un grupo de guiris con sombreros ridiculos, gafas de sol, camaras y todo el resto de parafernalia dando vueltas en un poblado chabolista. Los zoos humanos estan bien cuando vas a Puerto Banus o Beverly Hills a ver ricachones bebiendo champagne y fumando havanos, no aqui. Pero mas de la mitad de la poblacion de Bombay, que alcanza los 20 millones de almas, vive en slums, visitar uno parece imprescindible para ayudar a comprender el lugar. El hecho de que los beneficios del tour vayan para obras sociales en la zona y que prohiban sacar fotos me ayuda a decidirme.
jueves, 6 de mayo de 2010
Bulungula
Nos dirigimos a Bulungula, un lodge creado y gestionado en asociacion con la comunidad local
(el poblado Nqileni -la q se pronuncia chasqueando la lengua, un sonido comun en muchas lenguas de Sudafrica, de hecho hay hasta 3 chasqueos diferentes-) que ha recibido varios premios por la manera en la que esta integrado y el favorable impacto que tiene en el entorno (http://www.bulungula.com). Ademas se encuentras situado en un marco incomparable (como dirian en un concurso de misses), al lado de una playa solitaria de dificil acceso y rodeado de verdes colinas y pintorescos poblados.
Tras perdernos unas tres veces y tardar 6 horas en recorrer 50 kilometros, visita al agujero de marras incluida, por fin llegamos a la tienda en medio de la nada en cuya parte trasera podemos aparcar el coche. Desde ahi tenemos que caminar unos 45 minutos mochila en ristre por un sendero hasta llegar a Bulungula. El entorno es realmente idilico, un arroyo serpentea entre las verdes colinas y, aqui y alla, lugareños se afanan en sus labores alrededor de casitas redondas de colorines. Un niño se pone a caminar con nosotros:
- What is your name?
- Sergio and yours?
- Marihuana
- Marihuana!?
- Yes marihuana
- Joe for God's sake put the rolling paper back in your pocket
Y luego me dice que me parezco a Rambo, tras lo cual se marcha tan pancho. Muy bien, me acaba de vacilar un niño de 7 años.
Nada mas llegar a Bulungula empiezo a maldecir el hecho de que nos tengamos que ir al dia siguiente ya que tenemos que devolver el coche. Es un sitio fantastico para pasar unos 3 o 4 dias simplemente relajandose, las vistas son fabulosas, la playa esta desierta y hay un monton de actividades para no aburrirse que involucran a las gentes del poblado vecino que son, de hecho, los que gestionan el sitio. Dispone, ademas, de varios salones muy acogedores con sofas y cojines en el suelo con estupenda musica chill out de fondo y una nutrida biblioteca. En uno de los sofas, en la posicion del loto, con una sonrisa de oreja a oreja, enormes aros colgando de ambas bajo una media melena rubia y saludandome con la mano se encuentra Mike, un canadiense muy majo con el que me llevo tropezando una y otra vez en las ultimas semanas. Mike es un mochilero hardcore que esta recorriendo Africa haciendo autostop con cuatro duros en el bolsillo y ningun plan predeterminado. Me alegro de verle de nuevo.
En el bar no hay camareros, tu te sirves, tu apuntas lo que tomas y tu pagas. La electricidad va con energia solar, de hecho cuando anochece el consumo electrico se reduce al minimo y todo el lugar se ilumina con velas. El agua para beber es agua de lluvia y para el resto se utiliza agua del arroyo vecino. Los servicios son ecologicos y en las duchas se usa parafina para calentar el agua, coges una tacita de parafina la colocas al pie del poste de la ducha, la prendes et voila. Las habitaciones se encuentran en casitas redondas con el techo de paja identicas a las que forman los poblados aledaños, nos damos cuenta de lo pequeñas que son, en un espacio de unos 25 metros cuadrados vive una familia entera. Y no hay cerraduras, nos informan de que no hay crimen en Bulungula, nada, cero, niente. A Joe se le extravio el iPhone mientras jugaba al futbol con unos niños del poblado (como buen ingles perdio) y el telefono aparecio al dia siguiente en el bar.
Tras una noche de chachara en el lounge amanezco temprano al dia siguiente dispuesto a recorrer los alrededores. La playa se extiende un par de kilometros habitada unicamente por un rebaño de vacas y un puñado de potrillos. A lo lejos se divisan un par de pescadores. Un rebaño de cabritos pasta en una colina cercana. Dos mujeres con coloridos vestidos caminan por la hierba portando jarras en la cabeza. Todo muy bucolico, todo muy bonito, todo... Nos tenemos que ir. Maldita sea