jueves, 30 de septiembre de 2010

Otros momentos PQCHYA

- Haciendo rodeo a lomos de un fiero... avestruz (teníais que haber visto la cara del avestruz).
- Colgado como un salchichón de una cuerda sobre el río Zambezi 110 metros por debajo de un puente enfrente de las cataratas Victoria.
- Haciéndole saber, no muy convencido la verdad, a un sacerdote brahmin lo atractivo de su bigote durante un apretón de manos incómodamente largo ante la mirada divertida de Helena y la mirada, no tan divertida, de la mujer del brahmin y de un par de monos que pasaban por alli (¿qué queréis? me sentía obligado, ehhhhh, tras decirme él que yo tenía unos ojos muy bonitos).
- Con los enormes colmillos y el careto de mala baba de un tiburón blanco a 5 cm de mis narices en Gansbaai, Sudáfrica
- Rodando ladera abajo dentro de una enorme pelota de plástico atado de pies y manos con un indio pirado riendo histéricamente enfrente mío.
- Con una pitón enroscada al cuello mientras Ángel mueve la cabeza delante mío con el típico gesto de "si es que no le puedo dejar sólo".
- Apartando cucarachas y otros bichos desagradables que corretean por la encimera mientras cocino carne de kanguro en la "Casa de los Horrores" de Sydney (y el sitio este, desafortunadamente nuestro alojamiento durante 5 días, bien merece una entrada).
- Buceando con "caraculo" y "carapoya" en Zanzibar. No, no son los nombres de bonitos peces de colores, es como se llamaban mútuamente los tanzanos que teníamos como guías, los cuales, por cierto, no hablaban ninguna otra palabra en español (y que posiblemente tienen algún tipo de record mundial en cuanto a ratio de destruccion de coral per capita).
- Mirando acojonado junto al conductor del rickshaw a una vaca corriendo frenéticamente hacia nosotros en direccion opuesta al tráfico en Benares.

martes, 28 de septiembre de 2010

Uno de esos momentos

Respiro de manera entrecortada con la mejilla pegada a la pared de hielo. Seguramente el hecho de estar a 4,500 metros de altitud no me esté ayudando nada a recuperar el resuello. Oigo la voz de Miguel con su marcado acento peruano y un tono ligeramente jocoso "¡Uuuhhhh, puuuuta! ¡Eso dolió amigo!" En ese momento me percato de la punzada de dolor en el muslo derecho, justo donde el trozo de hielo hizo impacto. No quiero mirar abajo. Tampoco miro arriba. En algún momento en el último millón de años, mientras el antepasado del homo sapiens se enderezaba sobre dos patas perdía habilidades trepadoras y se acostumbraba a vivir a ras de suelo, por debajo de las copas de los árboles, una mutación de un gen, uno de los millones que poseía el homínido, hace que al mono le empiecen a dar miedo las alturas. Eso le otorga ventaja competitiva sobre sus congéneres, que caían como moscas de precipicios, árboles y sí, supongo que también, paredes de hielo. Y a mí, en ese instante, a ocho metros de altura, lo que me otorga es temor. Eso explica porque no miro para abajo. Las palabras de Miguel, pronunciadas antes de comenzar la ascensión, resonando en mi cabeza hacen que no mire para arriba. Si no miro para arriba el casco cumplirá su función en caso de que se desprendan pedazos de hielo. Y vaya si se desprenden. Oigo el chorreo continuo de trozos, más o menos pequeños. Maldigo el sol, en el momento que hace acto de presencia entre las nubes, el hielo se deshace más rápido y el goteo de cascotes se acelera. Llevo ya un rato quieto, apretado contra la pared vertical, pero no hay manera de recuperar el aliento, tengo los brazos agotados y las manos doloridas con los nudillos blancos de agarrar con fuerza los piolets. Notó el agua helada entrando por el agujero que hay en el guante de mi mano derecha. Mi pie izquierdo está en una posición muy poco natural y me empieza a doler, así que me trato de incorporar sobre él para mejorar el apoyo. Momento en el que el crampón se resbala y el pie me queda colgando. Al recaer todo el peso sobre mi pie derecho el hielo cede y, con él, mi pie. ¡Joder! Quedo colgando de los manos, con los dientes apretados, la nariz aplastada contra el hielo y los brazos estirados y doloridos. En algún recoveco de mi cerebro pienso: "¿¡Pero que cojones hago yo aquí!?"

Y oigo a Miguel gritando: "¡Jajaja! ¡Putaaaaaa, el españolito se resbaloooooó!"

(¡Cabrón!)


Pues sí, ese soy yo
(Continuará)

Lo que se encuentra uno en la playa

Hoy he llegado a Máncora, al norte de Perú, un pueblo de playa donde los limeños de clase media vienen a ponerse morenos y a descansar. Justo lo que a mí me hace falta tras una semana pateando y haciendo el cabra por la Cordillera Blanca. Aprovecho, además, la oportunidad ya que no creo que vuelva a estar en un sitio con playita y buen tiempo en lo que resta del viaje.
Es temporada baja así que no me cuesta encontrar una habitación en primera línea de playa por el equivalente a cinco eurillos. Nada más dejar los bártulos me voy a hacer un poco de jogging sobre la arena. Esto es lo que me encuentro.

Un pez globo.



Un pajarraco de considerables dimensiones (bueno, lo que queda de él).


Y...


¿¡Una vaca marina!?

martes, 21 de septiembre de 2010

Nueva Zelanda

















Pues sí, quizás deberia haber elegido la ensalada de aguacates


Esto es lo que me pusieron en el restaurante

Y no, no tengo la excusa del idioma, que si mira es que no hablo chino, ya sabéis, lo típico. Resulta que cuy, plato típico de Huaraz, en la Cordillera Blanca, al norte del Perú, viene a ser conejillo de Indias. Lo que tampoco sabía es lo que era un conejillo de Indias.


Damas, caballeros, un conejillo de Indias

Así que a la inicial repugnancia de tener la impresión de estar comiéndome un ratón ahora tengo remordimientos, es como haberme comido la mascota de la vecinita de cinco años con los lazos rosas. Porque sí, me lo comí, bueno la mitad. Para colmo, ni siquiera estaba bueno.

Lo dicho, la próxima vez pido pollo. O mejor, la ensalada de aguacates. La ventaja de comerte una ensalada de aguacates es que luego no tienes pesadillas en las que el aguacate te mira con ojos llorosos (como el gato de Shreck).

No se si voy a poder dormir muy bien hoy

lunes, 20 de septiembre de 2010

Y durante las vacaciones

Durante estos dos meses y medio de abstinencia blogueril he aprendido, entre otras cosas, lo siguiente:

- el hecho de que haya cadaveres flotando, gente haciendo sus necesidades, bufalos, vacas y cabras bañandose, todo ello rio arriba, no es obice para que la gente beba agua del rio en Varanasi.
- la India no es, quizas, el mejor sitio para ver un mundial de futbol
- la India no es, ni mucho menos, el mejor sitio para celebrar la victoria si tu pais gana el mundial de futbol (¡oeoeoeoeoeeeeeeee!
- a los indios el que tu pais haya ganado el mundial no les parece una excusa aceptable para que te subas a vaca ondeando la bandera de España
- Joncon en realidad se escribe Hong Kong y viene a ser algo asi como un supermegadupercachotrozodepedazocentrocomercialquiticagas en el que se pasan tres pueblos con con el aire acondicionado y sirven una comida fantastica y unos zumos con tropezones memorables.
- todos los chinos de mas de 60 años estan completamente pirados.
- si Las Vegas estuviera en China seria un sitio muuuuuuuy aburrido lleno de gente perdiendo dinero y con pinta de estar a punto de cortarse las venas y tendria un nombre con el que no llamarias a ninguno de tus hijos, a no ser que tengas un retorcido y enfermizo sentido del humor (Macao)
- las Petronas de Kuala Lumpur no son las primas de las Supremas de Mostoles
- hay seres vivos que son capaces de soportarme durante 7 semanas conviviendo dia y noche sin agredirme. Bueno por lo menos hay uno (Angel)
- los seres vivos referidos anteriormente son capaces de ingerir mucha mas cerveza y muchas mas galletas que yo
- mis posibilidades de ganar un campeonato de surf son nulas, a no ser, claro, que haya una hecatombe nuclear y solo quedasemos sobre la faz de la tierra Stephen Hawking, Angel y yo en cuyo caso las posibilidades de ganar de cada uno estarian en el 33%
- los funcionarios de la embajada de España en Yakarta son unos patanes
- tener iliotibial band y patellofemoral syndrome viene muy mal si quieres subir montañas y hacer el cabra
- hacer ITB stretching and isometric quadricep exercises (o como se diga) viene muy bien si tienes un iliotibial band y patellofemoral syndrome
- si pegas con superglue tu pasaporte en el McDonalds del aeropuerto de Singapur la gente te mira raro
- es francamente dificil encontrar carne de koala en los restaurantes australianos
- el estar durante 10 dias viviendo en una furgoneta hippie en la costa este de Australia no es tan cool como lo pintan
- si estoy 1 dia sin ducharme la gente mantiene conversaciones realmente cortas conmigo
- si estoy 2 dias sin ducharme la gente no mantienes conversaciones conmigo
- si estoy 3 dias sin ducharme los mosquitos me dejan en paz
- si estoy 4 dias sin ducharme la gente me tira piedras
- me gustan los kanguros, tienen una carne exquisita
- puedo dormir placidamente durante un terremoto de grado 7,1 en la escala de Richter
- la jaca que bailan los maories ni galopa, ni corta el viento y no, tampoco pasa por ningun puerto
- los volcanes huelen a huevos podridos
- en Auckland hay mucho chino
- los chinos de mas de 60 años estan completamente pirados, no importa que vivan en Nueva Zelanda
- los chinos de menos de 25 años son unos frikis
- tanto los chinos frikis como los chinos pirados son majos
- puedo vivir tres semanas cabeza abajo
- puedo viajar en el tiempo
- en Peru esta considerado de mala educacion decir que te gusta el senderismo, te miran raro y te piden que bajes la voz, debe ser que no les gusta caminar
- en Peru llaman trekking al senderismo
- senderismo, al parecer, quiere decir otra cosa en Peru. Algo de iluminacion, o algo


Y volver, volver, volver

Las negociaciones se prolongaron durante varios largos y agotadores dias. Aquellos de vosotros que tengais previas experiencias negociando con gansos seguramente sabeis de lo que hablo. Son fastidiosamente informales. No me importa en absoluto que no lleven chaqueta y corbata, pero lo de subirse a la mesa y picotearme en los ojos es algo que me incomoda sobremanera. Que asi no hay manera de mantener la coherencia del discurso vamos. Y luego esta el tema de las manchas de sangre en el cuello de la camisa, la de explicaciones que tienes que dar luego, bufffff. Bueno, ya sabeis de lo que hablo. Y es decididamente frustrante la tactica de ignorar completamente a la otra parte y darte un chapuzon en la pecera. Aunque, si he de ser sincero, prefiero eso a los picotazos en los ojos. Afortunadamente, al final, todos los esfuerzos y penalidades valieron la pena y consegui una de sus plumas. Por cierto si veis un ganso con un nudo en el cuello, os recomiendo no tratar de negociar con el, es horrible. Y si me haceis el favor, deshacedle el nudo, tengo algun cargo de conciencia al respecto.

En el caso del calamar lo dificil fue encontrar uno, de hecho me llevo semanas. La sorpresa fue total cuando me informaron de que el rio en el que me hallaba no era, quizas, el sitio mas adecuado para toparse con un cefalopodo. Al principio pense que habia entendido mal, el indonesio no es mi fuerte, ya ves, y con la cabeza debajo del agua se oye fatal, pero un palentino que pasaba por alli corroboro el dato en cristiano y sacandome una oreja del agua. Cuando por fin encontre uno, ya en la playa, convencerle de que me prestara su tinta no fue muy dificil. Un cuchillo afilado obra milagros a la hora de tratar con cefalopodos. No dijo ni mu la criatura.

Lo del papel fue mucho mas facil. Resulto que en los grandes almacenes donde me encontraba comprando la motosierra tenian cantidades ingentes de folios A4.

Asi que ya tengo papel, tinta y pluma y ninguna excusa para no seguir poniendo entradas en el blog...