jueves, 25 de marzo de 2010

En Malawi (2)

Tras recoger mi "querida" mochila en el hotel vuelvo al pueblo. Por el camino me encuentro con George, tras los protocolarios 5 minutos de conversacion, me informa de que trabaja para una pequeña ONG local, LIRCO (Life Improvement Initiative for Rural Communities). La oficina queda de camino, a la que le acompaño. Me explica los proyectos en los que estan involucrados y que me agradeceria si les hiciera un poco de publicidad en mi pais de procedencia con vistas a recaudar fondos. La iniciativa mas urgente en la que colaboran trata de abastecer de agua y electricidad un centro de salud en una zona remota del distrito del que dependen unas 22,000 personas. Dado que no dispone de servicios basicos ningun medico acude y, por tanto, la poblacion carece de asistencia sanitaria. La pagina web de LIRCO es:

http://lircongo.freevar.com/

La tasa de mortalidad infantil en Malawi es muy alta, uno de cada diez niños muere antes de cumplir los 5 años (http://www.unicef.org/spanish/infobycountry/malawi_statistics.html). George me informa que la situacion en zonas rurales es mucho peor. Como en la mayoria de los paises del Africa subsahariana el SIDA adquiere proporciones de plaga en Malawi, afectando a mas del 10% de la poblacion. La esperanza de vida al nacer es de 53 años (corrijo asi el dato dado en otro post anterior)

Tras dejar a George me embarco en el Ilala, un ferry que recorre el lago Malawi y en donde voy a pasar un par de dias hasta desembarcar en Chipoka, camino de la capital, Lilongwe.

Siendo ya noche cerrada y todavia atracados en el puerto me encuentro afuera de mi camarote mirando por la borda, me doy cuenta de que un hombre esta recitando una especie de plegaria a unos metros de donde me hallo. A pesar de que habla en un idioma local puedo oir repetidas veces "Jesus Christ" y la cadencia es tal cual la de un rezo. Cuando miro veo que el hombre esta inclinado sobre un niño pequeño, echado este en el suelo, con la mano posada en la frente del pequeño. Otras tres personas agachadas con la cabeza en posicion de sumision completan la escena, repitiendo algunas de las palabras de vez en cuando. Inquietante. Recuerdo, de repente, que se ma ha olvidado algo en el camarote. Cierro con llave.

Se me habia olvidado el episodio cuando salgo de nuevo del camarote. La encargada del pasaje y otras 2 personas se hallan justo afuera, mirando a un niño con el torso desnudo que respira pesadamente, con el rostro desencajado y los ojos desproporcionadamente abiertos. La madre trata de sujetarle, pero el niño se revuelve y echa a correr hacia donde nos encontramos. Dos adultos le cogen, pero el niño se resiste con una fuerza inaudita, sin dejar de resollar, su torso se hincha y deshincha de manera convulsa. La madre hace esfuerzos para calmarle, aunque sin mucho exito. La encargada del pasaje me dice que acaban de volver del hospital, pero nadie sabe lo que tiene el pequeño. Al final el niño se queda quieto, respirando normalmente. Espeluznante. La escena ha durado unos diez minutos.

Me despierto a la mañana siguiente percibiendo que el barco se encuentra parado. Segun el itinerario estamos en Likome Island donde se hallan, de acuerdo a mi guia de viajes, "the friendliest people in Malawi". No me puedo imaginar que exista gente todavia mas amistosa, despues del empalagamiento de los dos dias precedentes y hago votos de no pisar la isla. Me empiezo a imaginar una legion de osos amorosos salvajes abordando el barco, un escalofrio me recorre la espalda. De hecho, cuando salgo, me encuentro con el ferry rodeado de barcazas. Me tranquilizo cuando compruebo que no hay osos, la mayoria de los pasajeros estan desembarcando y lo hacen por medio de barcazas de madera, todo ello a la manera caotica y desordenada tan tipica por estos lares. El barco, que la noche anterior estaba abarrotado, se queda medio vacio.

El resto del dia transcurre placidamente, surcando las aguas del lago. El lago Malawi, como una gran parte de los territorios que recorro en mi recorrido africano fue "descubierto" por Livingstone, que lo apodo "el lago de las estrellas" cuando lo vio por primera vez. Tanto el lago como muchos otros descubrimientos del escoces eran ya conocidos por los portugueses mucho antes (por no hablar de los africanos).

A pesar del poetico apodo, y de las preciosas imagenes que uno se encuentra si lo busca en Google, la realidad es mucho mas prosaica y el lago, sin ser feo, no pasaria el corte en un concurso de belleza para lagos. No obstante, disfruto tranquilamente de la jornada leyendo El conde de Montecristo en cubierta mientras bebo cerveza.

Como con una pareja de alemanes que estan recorriendo Africa de Norte a Sur, desde Egipto a Sudafrica. Joerg y Kirsten son periodistas freelance y hacen reportajes durante el viaje que luego venden a radios alemanas. Planean cubrir el mundial en Sudafrica y luego quedarse a vivir en Ciudad del Cabo. Son unos enamorados de Africa y todos los años pasan las vacaciones en algun pais de la region.

Escuchando a los Pixies veo la puesta de sol.

En Malawi

Me encuentro ahora mismo en Lilongwe, la capital de Malawi, uno de los paises mas pobres del mundo, con una renta per capita de 312$ (segun Wikipedia -?-) y una esperanza de vida de alrededor de 40 años, pero que cuenta con la poblacion mas amistosa que me he encontrado en mi vida.

Entre en el pais el pasado sabado, dia 20 de Marzo. Tras un viaje ininterrumpido de 36 horas, 24 de ellas en tren, 3 autobuses llenos hasta las encerretas, ser timado, 4 controles policiales, un paso fronterizo y un par de situaciones esperpenticas de las que dare debida cuenta en otro post, llegue a Mzuzu al norte de Malawi, a las 2 de la mañana, noche cerrada, hecho un guiñapo y totalmente exhausto.

A la mañana siguiente me dedico a pasear por la ciudad, resulta ser, por lo menos el centro, un lugar bastante agradable, con anchas avenidas y arboles en flor. Como por todas partes en Africa, las calles se encuentras abarrotadas de gente, yendo al mercado o a misa, ya que es domingo. La mayoria de la poblacion del pais es cristiana, con un porcentaje pequeño de musulmanes y grupos de rastafarians e hindues, y la gente es bastante religiosa. Al igual que en Tanzania te encuentras inscripciones por doquier informadote de que Dios te ama. La gente te saluda por la calle y cualquier interaccion con otra persona requiere saludarse, darse los buenos dias y preguntar que tal se esta. Incluso los caza turistas que quieren venderte algo son tremendamente educados y, normalmente, una amable negativa es suficiente para que te dejen en paz con una sonrisa.

Por la tarde cojo un autobus (otro) a Nkhata Bay, un pueblecito a orillas del lago Malawi. Me alojo en un hotelito de bungalows, con bonitas vistas sobre la bahia, a las afueras del pueblo. Doy un paseo hasta el pueblo, al que me cuesta llegar media hora, a pesar de que esta a 15 minutos, debido a que la mitad de los locales se paran a hablar conmigo. Afortunadamente no tengo ninguna prisa, y las conversaciones son agradables. Se me hace tarde navegando en internet y cae la noche. Por supuesto no hay ningun tipo de iluminacion, asi que pregunto a un lugareño por el hotel y, cuando me quiero dar cuenta (pense en un principio que nuestros caminos coincidian) me ha acompañado hasta la mitad de camino. Cuando le digo que no es necesario que me lleve al hotel y le doy las gracias, me responde con una sonrisa de oreja a oreja y una cara llena de satisfaccion por haberme ayudado (no, no me pidio ninguna propina, ni esperaba nada a cambio). Por el camino se nos une un borracho local, que no para de hablar, creo que trata de hablar en ingles, pero no le entiendo absolutamente nada. De hecho creo que ni siquiera es Chichewa, el idioma local, ya que el otro hombre no le entiende ni jota tampoco. Cuando le explico amablemente que quiero estar solo, me empieza a repetir lo que yo digo. Si paro el se para y si me doy la vuelta, empieza a protestar y a patalear ( y me sigue). Obviamente no entiende ni zorra de lo que le digo. Me empiezo a preguntar que coño hago yo en medio de la nada en plena noche con un tarado borracho siguiendome (y creo que ahora es cuando le tengo que dar las gracias a Coca por la linterna). Al mismo tiempo que rezo (Dios me ama) para que las señales indicadoras del hotel no desaparezcan, me dedico a decir cosas en español como "Soy un fistro pecador y estoy borrachooooor" que mi compañero, con mas intencion que acierto, se dedica a repetir a voz en grito. Afortunadamente el borracho se queda a la entrada del recinto del hotel, aparentemente muy cabreado (no se si se esperaba una propina) gritando "Soy un fistro...". Bufff, menos mal.

Al dia siguiente me doy un baño en el lago y me dedico a pasear por el pueblo. Incluso los obreros que estan trabajando en el hotel se paran a saludar, presentarse, darme la mano, preguntar de donde soy... No hurry in Africa. Para comer pruebo, por fin, la especialidad local, nsima, una masa hecha de maiz, una especie de porridge espeso, totalmente insipida. Mi happymetro baja enteros, se trata de comida puramente de subsistencia, una bomba de carbohidratos sin ningun valor gastronomico. A pesar de las caras sonrientes y de la despreocupacion que se respira por las calles, recuerdo abruptamente donde estoy. Como charlando con mis anfitriones en el "improvisado" restaurante: James "Brown" y Peter "Marley". El primero apodado Brown en el pueblo porque toca los bongos (?) y el segundo equipado con el kit completo de Bob Marley, canutillo incluido. Son muy majetes (y educados) y me hablan de la vida cotidiana en Malawi y de la corrupcion del pais.

(continuara)

domingo, 14 de marzo de 2010

Primer dia solo y fiesta en Kendwa Rocks

A las 10 los unicos osados en la pista de baile son dos masais. El resto de la gente, mayoritariamente occidentales, se encuentra repartidos por la playa, jugando voleibol, alrededor de una hoguera, tomando cervezas en la barra o repartidos por las mesas. Los masais ponen el toque de color, hay un grupo de 7 u 8 repartidos por todo el bar, uno de ellos parece decidido a romper las barreras culturales con una jovencita rubia. A los cinco minutos y a juzgar por el nudo que estan haciendo con sus lenguas parece que las barreras estan definitivamente hechas añicos. Los masais a la vista en la fiesta son extremadamente cool, a la estilosa shuka, o vestimenta tradicional, algunos han incorporado largas trenzas y gafas de sol. El que se encuentra de pie al lado mio parece salido del Tekken, lleva gafas de sol de pasta blanca, la trenza le llega a la cintura y se ha venido con el tradicional baston, accesorio imprescindible de todos los masais que nos habiamos encontrado en la Tanzania continental.

A eso de las 10:30 llega un nutrido grupo de occidentales, parece ser que han venido en autobuses desde otros puntos de Zanzibar. Un puñado de parejas de mediana edad, probablemente americanos, van directos a la pista y empiezan a mezclarse con los masais. I've got a feeling. Curiosamente los americanos horteras con sus camisas hawaianas no bailan muy diferente de los masais. That tonight is gonna be a good night.

De vuelta en la barra a por otra cerveza me tropiezo con Abel. Abel es un cubano que se ha venido a Tanzania con su esposa sueca, Camilla. Me los encontre nada mas llegar a Kendwa en una terraza a las afueras del hotel. Curiosamente habia visto un post suyo en Thorntree, el forum de viajes de Lonely Planet, cuando estaba organizando el viaje todavia en Londres. Jandro, uno de los amigos que se vino conmigo al Kilimanjaro y de safaris les habia escrito unas semanas antes. Y como no hay muchas parejas de cubanos y suecas en Tanzania tenian que ser ellos. Abel y Camila estan con un grupo de canadienses fumando shisha alrededor de la hoguera de la playa. Pier, de Quebec, es el prototipo de mochilero, lleva un gorro jamaicano, melena larga y es tremendamente amigable. Me cae bien instantaneamente. Esta tambien dando la vuelta al mundo y lleva ya siete meses dando tumbos por Europa y Africa. Su actitud despreocupada, y, quizas, un golpe fuerte en la cabeza, le ha metido en un par de lios (en fin, nadie que no se haya golpeado la cabeza contra algo muy duro trata de entrar en Somalia de manera voluntaria sin ningun proposito concreto, de hecho Pier puede presumir - no me quiero imaginar que ha habido mas gente- de ser el unico ser humano que, voluntariamente, ha tratado de entrar ilegalmente en Somalia cuando los funcionarios de aduanas le denegaron la entrada por su propio bien). Pier cuenta esta y otras muchas historias como quien te cuenta que el Sabadell ha empatado con el Gimnastic.

No daria mucho credito a las historias de Pier, si no fuera porque Alex y Jessica, otros dos canadienses, en este caso de Vancouver y con la cabeza sobre los hombros, pueden atestiguar algunas de ellas. Alex y Jessica, como muchos otros que me voy encontrando, han venido a Tanzania para colaborar con ONGs, y aprovechan para conocer un poco el pais. En su caso han colaborado en un proyecto que ayuda a mujeres a montar pequeños negocios. Les ayudan a acceder a microcreditos, les enseñan nociones de contabilidad, economia domestica, etcetera.

Una de las cosas que me ha sorprendido en estas casi tres semanas en Tanzania es la cantidad de mujeres que se pueden ver trabajando en oficinas y en puestos de determinada responsabilidad. En algunos casos son mayoria, lo cual choca con, tanto mi propia idea preconcebida del pais, como con las guias que traigo conmigo. Parece que algunas cosas van por el buen camino. De todas maneras, la mujer sigue realizando, tanto en Tanzania como en la mayoria de paises pobres, la mujer sigue realizando un numero desproporcionado de horas de trabajo domestico y labores de agricultura de subsistencia, tiene un indice de alfabetizacion mucho menor que el hombre y su presencia es casi inexistente en el gobierno.

El pincha, DJ Abdul, decide que es hora de animar un poco el cotarro con un poco de reggaeton, a lo cual Abel salta como impulsado con un resorte llevandonos a todos a la pista. Con la torpe excusa de que necesito otra cerveza, tras beberme la que tenia entre manos de un trago, me escabullo hacia la barra. No me aventuro a la pista otra vez hasta que se empieza a escuchar Sexy Bitch (algo mejor que reggaeton si es, y se puede disimular un poquito por muy mal que se baile), un grupo de gente ha hecho un corro, un chico ingles se mete en el medio y empieza a improvisar break dance en el suelo, con muy poco oficio pero con tanto salero que el resto se empieza a animar. Un masai se atreve con un estrambotico juego de pies, que soy incapaz de describir, pero que resulta bastante divertido. El coleguita del ingles, con pinta de haber estado reventando unas cuantas cabezas despues del West Ham-Millwall (kit completo de hooligan: cabeza rapada, ausencia de cuello, los tres leones tatuados asomando la cabeza por debajo de la manga, barriga cervecera) hace el baile del robot. Yo y Camilla decidimos pasar palabra. Abel le pone ritmo caribeño al asunto con un poco de movimiento pelbico, al que se une rapidamente un muchacho local. I'm tryna find the words to describe this girl without being disrespectful. Un par de chicas nordicas cogen el relevo, al que le sigue un cincuentañero italiano, que resulta tener un par de movimientos bastante cool. Todo el mundo esta sonriente y pasandoselo bien.