viernes, 2 de abril de 2010

En Malawi (3)

El dia siguiente amanece lloviznando. Nos encontramos en temporada de lluvias, pero tampoco lluve mucho y, cuando lo hace, tiene la amabilidad de llover a primera hora de la manana, asi que tampoco molesta demasiado. La mañana transcurre perezosamente, con ese plomizo aletargamiento producido por el calor y la humedad y tan tipico de los tropicos. Solo abandono la tumbona y las vicisitudes de Edmond Dantes (que no Leonardo) para conseguir una bebida en el bar. Para ello primero hay que encontrar al camarero que, invariablemente, se encuentra durmiendo en algun lugar, cada vez mas recondito, del barco. En un momento dado le pregunto si el Ilala es propiedad del gobierno (no se por que tenia la corazonada de que el hombre era funcionario), pero entre sus funciones no debe estar contestar gilipolleces, asi que me pone la bebida y se escabulle sin decir palabra.

Joerg y Kirsten se hallan haciendo una entrevista a un pescador local que embarco el dia anterior con un cargamento de cubos llenos de bolsitas de agua con pececillos. Muchas de las especies de peces que se encuentran en el lago Malawi son endemicas y una gran cantidad de los ejemplares que podemos ver en las peceras europeas provienen de aqui. En este caso los peces recalaran en China, aunque solo uno de cada tres llegara a completar el viaje.

A las 2 de la tarde llegamos a Chipoka y desembarco con la pareja de alemanes. Desde el embarcadero vamos caminando a la carretera por un camino de tierra flanqueado por chozas de paja. Multitud de niños salen a saludarnos sonriendo. No se ven muchos blancos por aqui y para los pequeños somos una curiosidad, supongo que del mismo modo que seria ver negros en una zona rural de España hace 30 o 40 años. Joerg y Kirsten, asi como otros viajeros, me cuentan como en algunas zonas rurales los niños huyen aterrorizados al verles. Al parecer muchos padres dicen a sus hijos que si no se portan bien el hombre blanco vendra y se los llevara, o sea que somos el hombre del saco local (no es de extrañar, pues, que el ver a un hombre blanco con un saco enorme a la espalda sea una imagen pavorosa para los niños). Razones historicas no les faltan a las gentes de Africa para proyectar esa imagen de los blancos en las mentes infantiles, durante siglos los unicos "blancos" (arabes u occidentales) que se acercaban por estos lares venian con la nada amistosa intencion de capturar nativos y esclavizarlos.

Una vez en la carretera una pickup nos recoge y viajamos confortablemente en la parte de atras echados sobre sacos de patatas hasta llegar a Salima, donde cogemos un minibus a Lilongwe. Hacer autostop es muy comun en esta parte de Africa, aunque siempre hay que pagar una cantidad por el paseo.

Nada mas bajarme del autobus en la estacion de Lilongwe un hombre, supongo que el tarado local (debo tener un iman), se pone delante mio y señalandome con el dedo empieza a gritar como un poseso: "¡Mzungu!¡Mzungu!". Alarmado empiezo a mirar alrededor, esperando que pase algo. Como nada sucede rodeo al majadero y sigo mi camino. Mzungu significa "hombre blanco" en Swahili, Chichewa y muchas otras lenguas del este y centro de Africa. Originariamente significaba "aquel que va de un lado para otro sin ningun proposito" en Swahili y eso era precisamente lo que hacian los primeros exploradores blancos que se vieron por la region a los ojos de los nativos. Sobre todo en Malawi en varias ocasiones lo oiria en boca de gente que me señala con el dedo a un palmo de mis narices, aunque no tiene ninguna connotacion negativa no llego a acostumbrarme.

Ceno con los alemanes, comiendo por fin en condiciones por primera vez en una semana (una fabulosa hamburguesa), aunque me habia mantenido lo mas alejado posible de la nsima las opciones muchas veces se limitaban a un nada suculento pollo con arroz o un aun menos suculento pescado con arroz. Nos alojamos en un tipico albergue de mochileros, donde una pandilla de ingleses esta dando buena cuenta de la cerveza local (llamada Kuche Kuche, lo cual es algo muy apropiado de decir cuando le haces cosquillas a un bebe pero como nombre de cerveza parece un tanto desafortunado) de una forma un poco ruidosa para mi gusto (sobre todo cuando estoy tratando de dormir), compitiendo duramente con los ocupantes de un overland truck en el exterior del edificio que tenian fiesta esa noche. A pesar de que parece que estoy en medio de la pista de Pacha tardo cinco minutos en dormirme.

2 comentarios:

  1. debo decir que intentas imitar a manuel merino laguillo y su delicada prosa vilmente sergio...un abrazo!!

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