Soy el primero en llegar al taxi compartido que va a Kazungula, en la frontera con Botswana, asi que me toca esperar hasta que lleguen otros tres pasajeros. Voy a tirar una ciruela en una papelera a la entrada de un supermercado cuando un chico de unos quince años me la pide. Entro en el super y le compro comida. Es dificil reconciliar el hecho de estar un año viajando, gastandome lo que muchos africanos ganan en el curso de una vida, con ver gente pasando hambre. Afortunadamente no habia visto a nadie claramente malnutrido en el transcurso del viaje. La unica posible excepcion eran los niños masai que se encontraban pastoreando en las estribaciones del crater del Ngorongoro, parecian anormalmente delgados, pero no es que los masais se caractericen por tener una constitucion de luchadores de sumo. A los niños masai les mandan a pastorear rebaños de cabritos tan pronto como dejan de gatear y parece dificil que niños cuyas familias tienen rebaños de cabras sufran de malnutricion. Sin embargo Hugo y Bego si que habian observado pequeños, en el oeste de Africa, con sintomas extremos, como la tripa hinchada y el pelo cobrizo.
Mucha gente en Africa vive de lo que da un pedazo de terreno, que no es mucho cuando vienen bien dadas, y pasa a ser nada cuando vienen mal dadas. En 2005, gran parte del este y sur de Africa estuvo al borde de sufrir hambrunas debido a sequias. Gobiernos incapaces, en el mejor de los casos, corruptos o la total ausencia de un gobierno funcional, tal y como sucede en Somalia, Congo o Zimbabwe, en el peor de los casos, no hacen mas que agravar la situacion. Por no hablar de las guerras, guerrillas e inestabilidad cronica de muchos de los paises. Curioso es el caso de Zambia, ni mucho menos el peor ejemplo de gobierno, que, durante la crisis alimenticia del 2002, cuando millones de zaireños estaban al borde de morir de hambre, rechazo millones de dolares en toneladas de maiz americano enviado para paliar la hambruna, alegando que el maiz era transgenico y podia ser perjudicial para la poblacion, siendo exactamente el mismo maiz que se consume en Estados Unidos.
Parece que la espera hasta que se llene el taxi va para largo asi que me siento en un banco y me dedico a ver la vida pasar. A pesar de ser Livingstone un centro turistico debido a la proximidad de las cataratas Victorias soy el centro de atencion cada vez que paseo por la ciudad. Muchos blancos no se aventuran a pie fuera de los muros de su hotel. Sin embargo, al poco de estar en la plaza formo ya parte del decorado y nadie me presta la menor atencion. El espacio donde se encuentra la parada es un hervidero de gente. Parece que vayas donde vayas en Africa, las ciudades, los pueblos, los bordes de las carreteras se hallan abarrotadas de gente. Una multitud de taxis y minibuses esperan la llegada de clientes, con sus conductores durmiendo en la capota, haciendo corrillos o rellenando gasolina con garrafas. Todavia son mas los vendedores callejeros que se encuentran sentados en el suelo exponiendo sus mercancias delante de ellos:frutas, bebidas, galletas, periodicos, moviles antiguos... Al lado mio hay un grupo de mujeres, todas ellas con una nevera, vendiendo refrescos, en la hora y veinte minutos que paso en la parada, solo una de ellas vende un refresco, y ellas son cuatro. Un hombre se sienta en el maletero del taxi que voy a coger, que esta abierto, saca un fajo de billetes del bolsillo y los empieza a contar, por el volumen del fajo debe tener unos mil dolares en moneda local, kwachas, lo cual es una autentica fortuna aqui. El hombre que esta pidiendo en la acera de enfrente recoge todas las monedas que le han echado, cruza la calle y compra una bolsita pequeña de plastico conteniendo un liquido transparente, se trata de una especie de aguardiente local. Se lo bebe de un trago y vuelve a su puesto al otro lado de la calle. En una esquina una cuadrilla de costaleros estan descargando sacos de un camion, lo hacen a la manera africana, llevandolos en la cabeza, formando una procesion interminable entre el camion y el almacen.
Al final el taxi se llena y salimos. Nada mas montarme en el coche el tipo que esta al lado mio se me presenta, se trata de Robert, y es un cura zambiano que tiene la parroquia en Botswana, es clavado al compañero de Sonny Crockett en Corrupcion en Miami y lleva una camisa hawaiana. El cura de toda la vida vamos. Nada mas presentarse me pregunta que si soy religioso, le digo que no. No se lo toma a mal (por aqui son un poco extremos en lo tocante a la religion) y continuamos charlando un poco de todo.
Al cabo de una hora llegamos a la frontera. Durante kilometros puedo ver camiones aparcados a los lados de la carretera. El rio Zambezi hace de frontera natural entre los dos paises, las lluvias intensas de las ultimas semanas, hacen que sea mas ancho de lo habitual. Un ferry atraviesa vehiculos y pasajeros al otro lado. Robert me cuenta que los camioneros tienen que esperar durante dias para atravesar el rio. Este es el unico punto fronterizo entre Zambia y Botswana y no ha sido hasta hace poco que se ha llegado a un compromiso para construir un puente. Robert me lleva con el hasta una lancha rapida, con lo que nos ahorramos tener que esperar media hora por el ferry.
Nada mas atravesar el rio percibo cuan diferente es Botswana de Zambia. Botswana se trata de una feliz anomalia dentro del Africa subsahariana, una historia de exito, donde un gobierno honesto y efectivo ha sabido sacar provecho de los yacimientos de diamantes con los que cuenta el pais y utilizar ese dinero en beneficio de la poblacion. Al mismo tiempo, durante los turbulentos tiempos de la lucha por la independencia, supo mantener un equilibrio dificil entre el radicalismo en el que acabo su vecino Zimbabwe y el hegemonismo blanco imperante, y los sucesivos conflictos, en Namibia y Sudafrica. No hay nadie atosigandome en la frontera, no hay gente caminando al lado de las carretera, la cual se encuentra en perfecto estado, los coches son en su mayoria enormes todoterreno y pickup al estilo americano y las chozas han desaparecido.
Del otro lado, cogemos un taxi hasta Kasane, el pueblo mas cercano y base desde la cual se visita el parque nacional Chobe, una de las mayores atracciones de Botswana. Veo el establecimiento donde queria alojarme, el mas economico del pueblo, y me bajo. Pregunto si tienen disponibilidad:
- Yes, we have some single rooms available.
- OK, and how much are they?
- 330 pula (moneda local, un dolar equivale a unos 7 pula aprox -o sea unos 47 $-)
- I beg your pardon (que quiere decir "¿que c*****s me estas contando?")
- 330 pula
- 330 pula?
- Yes
- And is there jacuzzi in the room?
- Eehhhhmmmmm, no sir
- Ok, in that case I will try in any other place, do you know by any chance somewhere eeerrrhhh... a bit more economical?
- Eeeehhhhmmmm, nop
- Ok ("pero que demonios esta pasando aqui")
Y encima me encontraba en el medio de la nada, pues el sitio donde pregunte era en realidad un camping a las afueras del pueblo (si, un camping muy normalito, donde alquilan ademas habitaciones por 47 dolares americanos la noche), con una pesada mochila a cuestas y sin moneda local. Todos los taxis que veo pasar son compartidos con lo que no puedo decirle al taxista que me lleve a un cajero (bueno poder puedo decirselo, pero me se la respuesta), asi que tras mirar en el mapa de mi guia que el pueblo quedaba a unos 4 km me puse a andar (ademas tenia ganas de caminar y el macho español no se arredra ante nada). Y no, no vi la diminuta advertencia de "escala aproximada" que venia en el mapa. Tampoco sabia en aquel momento que caminar por esa carretera estaba considerado peligroso debido a los animales salvajes que pululaban por ahi. Dos horas mas tarde llegue al pueblo, maldiciendo a la ley de la gravedad, unica culpable de que mi mochila pesara una barbaridad (o dos) y no, como mucha gente piensa, los contenidos de la misma, ni, por supuesto, la persona que habia puesto esos contenidos en el interior de la mochila. Un cajero me estaba esperando con los brazos abiertos. Tras llenarme las alforjas con pulas botswanos me dije "lo primero es lo primero" y me fui al bar a por una merecida cerveza. Una vez con la cerveza en mis manos me dije (si, hablo mucho conmigo mismo ultimamente, pero ¿que quereis? es lo que tiene viajar solo) "lo segundo es lo segundo" y me dispuse a encender un cigarrito. Momento en el que me encontre la mirada acusadora de la camarera señalandome el cartelito de prohibido fumar. Joder con los paises desarrollados. Asi que sali fuera, donde me informaron, muy amablemente, que en Botswana esta prohibido beber en la calle. Mientras me colocaba en la puerta con mi cigarrillo fuera del bar y mi cerveza dentro del bar mentalmente puse a Botswana en mi lista negra de paises (si Estados Unidos puede tener una lista negra yo tambien). Ahi fue donde la camarera me informo, muy poco amablemente, que no me podia quedar en la puerta. Añadi a la camarera a mi lista negra.
Despues de un par de cervezas, pregunte a un lugareño por un sitio barato para alojarme y el hombre me señala una casa de huespedes, donde compruebo, tras rodear unos jabalies que estan pastando en la puerta (!?), que hay una mas que ligera discrepancia entre el concepto botswano de la palabra barato y el mio. Por ejemplo 94$ por una habitacion, de acuerdo con mi manual, no es barato. Afortunadamente disponian de una habitacion reservada para los guias, que en aquel momento se encontraba vacia, que la alquilaban por 21$.
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Je je, y luego te parecía caro un safari en el serengueti. Estos bostwanos han debido ver mucho la tele y se han quedado con los precios yankis. Pues de momento con las quinielas que hacemos no vamos a mejorar tu presupuesto.
ResponderEliminarVíctor
No, ya veo que si dependo de la quiniela el Four Seasons lo voy a ver por fuera como mucho
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