Bulungula

El diminuto KIA Picanto avanza despacio traqueteando por destartalados caminos de tierra . Al salir de una curva cerrada, mientras descendemos una pronunciada pendiente, casi somos embestidos por una mujer blanca esprintando cuesta arriba con el rostro desencajado.

- Bloody hell. That was near. Any damages?

- What an energy! She has been sprinting 400 m uphill

- Imaging her giving a blowjob...

- I don't see the point...

- In a blowjob?

Nos encontramos en la Wild Coast de Sudafrica atravesando una interminable sucesion de verdes colinas. El paisaje se asemejaria a las Highlands escocesas si no fuera por la profusion de casitas redondas con el techo de paja y pintadas en horribles tonos azules y verdes que salpican el paisaje. No hay pueblos como tal sino casas esparcidas aqui y alla como caidas del cielo, sin rastro de senderos o caminos para llegar a ellas. Los Xhosa, a cuya tribu pertenecen Nelson Mandela y Desmond Tutu entre otros, habitan esta parte del pais desde mucho antes de que llegaran los europeos con el ceño fruncido, escopetas de esas que ayudan a darte la razon y extrañas nociones sobre el derecho de propiedad y aqui se han quedado, sin muchos blancos a la vista aparte de un par de ingleses y un español dando tumbos en un ridiculo KIA naranja. Se trata de una zona bastante pobre, en comparacion con las areas vinicolas del oeste, aunque la abundancia de ganado de todo tipo (vacas, ponis, cabras, gansos, caballos, cerdos...) la convertiria en un area rica en cualquier otro pais de Africa. Los niños se acercan corriendo saludando con la mano al ver rostros palidos, al igual que habia visto en el resto de Africa. Algunos extienden la mano pidiendo. Un mocoso que apenas ha dejado de gatear se aproxima amenazando con un palo y gritando con cara de cabreado y un solo diente asomando por la boca: "GIVE ME SWEEEEET!!!!!!!" (or I kill you). Ahora entiendo porque los afrikaneer dejaron relativamente tranquila esta zona del pais (tambien entiendo porque el enano tiene un solo diente).

Paramos para ver el "world famous" hole in the wall. Me viene a la memoria una conversacion de la noche anterior entre un chico y una chica en la fiesta de la luna llena del Coffee Shack, el backpackers en el que nos habiamos alojado:

- Will you see the hole in the wall?

- Is that an invitation?

- !?

- Thanks, I have seen quite a few holes in my life, they are all pretty much the same to each other

- What the f**k!?

La noche fue relativamente tranquila. Empezo con ostras, mejillones y vodka cortesia del backpackers desde lo alto de un acantilado mientras veiamos la puesta de sol, continuo con una barbacoa (braai como dicen por aqui) mientras veiamos un espectaculo de danza de unas niñas de los poblados cercanos y acabo en el bar haciendo toda clase de juegos chorras para emborrachar a la gente. Por lo que me comentan la noche anterior se habia desmadrado un poco de mas. Un sudafricano y una inglesa habian acabado teniendo sexo salvaje en la habitacion comunal, sin recato ni pudor ninguno, mientras, en otro dormitorio, el hermano de la chica...¿cual es la palabra fina? ah si... miccionaba en una cama que, por supuesto, no era la suya. Esto me lo cuentan unos holandeses y un aleman, añadiendo: !por supuesto tenian que ser ingleses!, mientras otro ingles, que casi no se podia tener ingles de lo borracho que estaba, y ante un publico que se apartaba horrorizado, hacia un numero de tragafuegos (y soplafuegos).

Pues bien el "mundialmente famoso" hole in the wall es un tunel natural que atraviesa un islote rocoso en medio de una bahia preciosa y desierta y por el cual atraviesan las olas que van a romper a la playa desierta, todo esto rodeado por acantilados con un fondo de suaves colinas. Precioso, ahora entiendo porque todo el mundo, menos yo hasta hace dos dias, lo conoce.

Joe y Philip son los dos ingleses con los que he alquilado el coche por una semana. Joe es de Bristol (al sudoeste de Inglaterra, una zona cuyos habitantes tienen fama de ser unos sheep shaggers y country bumpkins -paletos folla ovejas-, cuando le pregunto donde guarda los guantes de velcro me mira extrañado) y se podria decir que es un viajero profesional. Su vida transcurre viajando unos 6 meses al año y trabajando los otros 6 meses en bares mientras prepara la proxima expedicion. Philip es un licenciado de historia de Cumbria que se va a alistar como oficial en cuanto vuelva a casa y que posee unos conocimientos enciclopedicos sobre cualquier acontecimiento acaecido en cualquier punto del globo desde, practicamente, el Pleistoceno. El problema es que gusta en demasia en deleitar con sus conocimientos a cualquier persona con orejas que se halle por las cercanias. Durante horas. En fin, bendito sea el iPod.

Nos dirigimos a Bulungula, un lodge creado y gestionado en asociacion con la comunidad local
(el poblado Nqileni -la q se pronuncia chasqueando la lengua, un sonido comun en muchas lenguas de Sudafrica, de hecho hay hasta 3 chasqueos diferentes-) que ha recibido varios premios por la manera en la que esta integrado y el favorable impacto que tiene en el entorno (http://www.bulungula.com). Ademas se encuentras situado en un marco incomparable (como dirian en un concurso de misses), al lado de una playa solitaria de dificil acceso y rodeado de verdes colinas y pintorescos poblados.

Tras perdernos unas tres veces y tardar 6 horas en recorrer 50 kilometros, visita al agujero de marras incluida, por fin llegamos a la tienda en medio de la nada en cuya parte trasera podemos aparcar el coche. Desde ahi tenemos que caminar unos 45 minutos mochila en ristre por un sendero hasta llegar a Bulungula. El entorno es realmente idilico, un arroyo serpentea entre las verdes colinas y, aqui y alla, lugareños se afanan en sus labores alrededor de casitas redondas de colorines. Un niño se pone a caminar con nosotros:

- What is your name?
- Sergio and yours?
- Marihuana
- Marihuana!?
- Yes marihuana
- Joe for God's sake put the rolling paper back in your pocket

Y luego me dice que me parezco a Rambo, tras lo cual se marcha tan pancho. Muy bien, me acaba de vacilar un niño de 7 años.

Nada mas llegar a Bulungula empiezo a maldecir el hecho de que nos tengamos que ir al dia siguiente ya que tenemos que devolver el coche. Es un sitio fantastico para pasar unos 3 o 4 dias simplemente relajandose, las vistas son fabulosas, la playa esta desierta y hay un monton de actividades para no aburrirse que involucran a las gentes del poblado vecino que son, de hecho, los que gestionan el sitio. Dispone, ademas, de varios salones muy acogedores con sofas y cojines en el suelo con estupenda musica chill out de fondo y una nutrida biblioteca. En uno de los sofas, en la posicion del loto, con una sonrisa de oreja a oreja, enormes aros colgando de ambas bajo una media melena rubia y saludandome con la mano se encuentra Mike, un canadiense muy majo con el que me llevo tropezando una y otra vez en las ultimas semanas. Mike es un mochilero hardcore que esta recorriendo Africa haciendo autostop con cuatro duros en el bolsillo y ningun plan predeterminado. Me alegro de verle de nuevo.

En el bar no hay camareros, tu te sirves, tu apuntas lo que tomas y tu pagas. La electricidad va con energia solar, de hecho cuando anochece el consumo electrico se reduce al minimo y todo el lugar se ilumina con velas. El agua para beber es agua de lluvia y para el resto se utiliza agua del arroyo vecino. Los servicios son ecologicos y en las duchas se usa parafina para calentar el agua, coges una tacita de parafina la colocas al pie del poste de la ducha, la prendes et voila. Las habitaciones se encuentran en casitas redondas con el techo de paja identicas a las que forman los poblados aledaños, nos damos cuenta de lo pequeñas que son, en un espacio de unos 25 metros cuadrados vive una familia entera. Y no hay cerraduras, nos informan de que no hay crimen en Bulungula, nada, cero, niente. A Joe se le extravio el iPhone mientras jugaba al futbol con unos niños del poblado (como buen ingles perdio) y el telefono aparecio al dia siguiente en el bar.

Tras una noche de chachara en el lounge amanezco temprano al dia siguiente dispuesto a recorrer los alrededores. La playa se extiende un par de kilometros habitada unicamente por un rebaño de vacas y un puñado de potrillos. A lo lejos se divisan un par de pescadores. Un rebaño de cabritos pasta en una colina cercana. Dos mujeres con coloridos vestidos caminan por la hierba portando jarras en la cabeza. Todo muy bucolico, todo muy bonito, todo... Nos tenemos que ir. Maldita sea